El sur de Chile, en las últimas décadas se ha caracterizado por un fuerte crecimiento al hilo de la industria salmonera, que se ha convertido en uno de los principales rubros de exportación de este país, modificando la matriz productiva de un vasto territorio (Román, et al., 2015). En este contexto, la ciudad de Puerto Montt, capital de la región de Los Lagos, se ha posicionado como el más importante centro logístico, de negocios y de transformación de este producto del país. La consecuencia ha sido un fuerte crecimiento espacial que ha modificado la estructura económica del área urbana de Puerto Montt, ha provocado profundos cambios sociales y ha generado impactos ambientales considerables.

En las últimas décadas, desde la Geografía Evolutiva, se viene planteando la importancia de las trayectorias locales en las ciudades (path dependence) para explicar la situación actual de las mismas (Boschma y Martin, 2010). De esta manera, las decisiones adoptadas en el pasado tienden a condicionar la posibilidad de llevar a cabo nuevas decisiones a futuro, habiendo algunos autores recientemente defendido la presencia de una mayor o menor adaptabilidad a los cambios como consecuencia de estas trayectorias (Sunley, Martin y Tyler, 2017; Hassink, 2017) y la formación de ciudades competitivas (Bontje y Musterd, 2016). Dentro de este marco, esta comunicación propone un análisis e interpretación de este proceso y de sus consecuencias, para tratar de identificar de qué manera las políticas públicas y privadas locales territoriales se han adaptado y han reaccionado a la nueva realidad económica en Puerto Montt. La misma, busca identificar si la adaptación de las políticas ha sido exitosa o si, por el contrario, han resultado incapaces de responder de forma adecuada a los cambios acaecidos. Para ello, utiliza una metodología que combina el uso de datos cuantitativos (estadísticas demográficas, económicas, de calidad de vida, etc.) y cualitativos (a partir de la realización de entrevistas en profundidad a actores públicos y privados del ámbito político, económico y social.

Las conclusiones indican que, pese a que la ciudad ha tratado de reaccionar a estos profundos cambios, la mayoría de acciones tomadas han actuado de forma paliativa, siendo aún amplios los déficits en algunos campos como la gestión ambiental, la provisión de infraestructuras y la planificación territorial. De igual manera, la economía urbana, pese al fuerte crecimiento de las últimas décadas, ha pasado a ser ampliamente dependiente del sector salmonero y del incremento del consumo y el crecimiento inmobiliario que éste ha producido, resultando vulnerable a los vaivenes de esta actividad.