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El crecimiento de las desigualdades urbanas en las ciudades ibéricas ha comportao un aumento de la segregación espacial de los grupos sociales, es decir de la tendencia de los ciudadanos a separarse entre sí en función de sus características socioeconómicas y su capacidad de licitar en el mercado de vivienda. Las consecuencias de decho fenómeno sobre las condiciones de vida, la educación, la salud o el acceso a los servicios han sido reiteradament estudiadas. Menor atención ha recibido, en cambio, su relación con el comportamiento electoral y las actitudes políticas de los ciudadanos. La presente aportación se propone precisamente estudiar esta relación en un territorio que se ha carcaterizado, en los últimos años, tanto por el incremento de las desigualdades como por la existencia de una aguda crisis política: Cataluña. Así, se exploran la diferencias en el poricionamiento político entre las personas residentes en los barrios más vulnerables, los más acomodados y aquellos sin segregación extrema del territori catalán. Para ello, se utilizan diversas fuentes nunca empleadas conjuntamente hasta la fecha: el mapa de la segregación urbana de Cataluña a escala de secciones censales; datos relativos a la participación y posiciomaiento político de la población entre 15 y 34 años de ls Encuesta de Juventud de Cataluña (EJC); y los resultados electorales de las elecciones de didicembre de 2017 para el Parlament de Cataluña a escala de sección censal. Los resultados muestran que la segregación urbana puede ser un factor particularmente útil para explicar las lógicas de participación política y del comportamiento electoral, superando con ello las agregaciones territoriales clásicas, por áreas geográficas, tamaños de población o tipo de hábitat. Por otro lado, los resultados aportan elementos interesantes sobre la existencia de un efecto barrio no solo sobre las condiciones de vida, sino también sobre las percepciones, el imaginario y las actitudes políticas.