El debate urbano en el centro histórico de Palma a principios de la década de 1980 giraba en torno a la degradación urbana asociada a la presencia de población excluida, drogas y prostitución, abundancia de actividades informales, etc. En estos años, una buena parte del patrimonio se entendía que estaba infravalorado y en riesgos de abandono. El reto de regenerar este espacio lo asumió la planificación, confiando en las propuestas integrales de los planes especiales de reforma interior (PERI). Desde mediados de la década de 2010, el discurso urbano en la antigua ciudad intramuros está capitalizado por el turismo, en este caso asociado al crecimiento de vivienda vacacional, la proliferación de hoteles urbanos, la presión ejercida por los cruceros y el cambio de usos comerciales, entre otros. Y el patrimonio, una de las marcas turísticas de la ciudad, vuelve a considerare amenazado, pero ahora por el exceso de presión turística. En este nuevo escenario, la rehabilitación urbana ha perdido protagonismo, y son otro tipo de políticas urbano-turísticas las que intentan reordenar el centro histórico. El objetivo de este trabajo es estudiar las nuevas dinámicas urbanas relacionadas con la gentrificación turística en el centro histórico de Palma. La investigación empírica se fundamenta en el análisis de la gentrificación desde una doble perspectiva: cambio social (población extranjera por nacionalidades) y renovada funcionalidad turística (expansión de la oferta hotelera y vivienda vacacional). Concluimos con el estudio de unas políticas urbano-turísticas que buscan corregir algunos impactos, pero sin anteponerse a los procesos y sin capacidad para definir un modelo de ciudad. Como principal conclusión, la turistización de la ciudad se ha expandido por todos los barrios del centro histórico, incluida una preocupante privatización y pérdida de identidad de los espacios de vida cotidiana, cada vez más adaptados a una funcionalidad económica alejada del uso público de la población residente.