El objetivo principal de esta comunicación es el análisis del volumen y las características del alumnado de origen marroquí que se encuentra estudiando en las escuelas catalanas, centrando la atención en aquellas variables relacionadas con el proceso migratorio y en su impacto sobre los resultados escolares, que actúan como indicador de sus futuras posibilidades de integración social y laboral.

La composición por origen del alumnado de las escuelas en Cataluña ha conocido profundos cambios en los últimos años, producto de la intensidad de la inmigración internacional de inicios de siglo XXI, pero también de la fecundidad de estos mismos migrantes en el lugar de acogida. Además, la crisis económica iniciada en 2008 finalizó con los años de intenso crecimiento migratorio, incentivando en algunos casos el retorno. Como consecuencia de todo ello actualmente ganan peso y progresiva visibilidad los hijos de estos inmigrantes, las conocidas como segundas generaciones. Entre estos alumnos el colectivo con mayor representatividad es el de origen marroquí, de aquí que capte nuestra atención. La inmigración marroquí en Cataluña tuvo sus inicios a finales de la década de los setenta, y son en la actualidad el primer colectivo de inmigrantes. En la escuela los primeros resultados obtenidos estiman que alcanzan los 70.414 alumnos, aunque únicamente 12.646 de ellos son nacidos en Marruecos.

Para el análisis de este colectivo se dispone de los microdatos de los alumnos matriculados en la enseñanza no universitaria en Cataluña, datos que mediante un convenio con el Institut d’Estadística de Cataluña (Idescat) se enlazan con el Registro Estadístico de población, operación que nos permite relacionar las características de los alumnos con las de sus progenitores. De esta forma, se ha recuperado información de los alumnos relativa a su año de llegada a Cataluña (primera y última llegada), y del lugar de nacimiento de los progenitores. Ello permite atribuir a los alumnos lo que se ha definido como estatus migratorio, realizando la siguiente clasificación: 1) alumnos autóctonos; 2) primera generación; 3) generación 1,75; 4) segunda generación; y 5) generación 2,5. La atención del trabajo se focaliza en el análisis del fracaso escolar. Éste se medirá desde distintas ópticas, ya sea a partir de una tasa de idoneidad (alumnos que a una edad concreta se encuentran cursando un nivel determinado) como de la proporción de alumnos que no obtienen el grado de secundaria (la educación obligatoria en España). Los primeros resultados indican como el proceso migratorio tiene un impacto determinante en el éxito escolar de los alumnos.